El águila culebrera es una de las rapaces más especializadas en cuanto a su alimentación. Como su nombre indica, se alimenta casi excluisivamente de serpientes, atreviéndose incluso con la culebra bastarda adulta, que puede medir más de dos metros. Aunque prefiere serpientes, también se puede alimentar de otras aves que encuentre en tierra, anfibios, reptiles o algún mamífero, como las liebres. Es muy inusual verla cazar presas que no estén en el suelo.
Este aguila es de gran tamaño, pudiendo alcanzar los 1,80 metros de envergadura. La tonalidad del vientre, la parte interna de las alas y la cola es clara, diferenciándola claramente de otras rapaces en vuelo. Su cabeza es grande en proporción del cuerpo y los ojos amarillos, grandes y profundos, recuerdan a otras rapaces nocturnas como la lechuza.
La culebrera es una ave migratoria, siendo muy frecuente verla en verano en Villanueva del Arzobispo, emprendiendo el viaje a África con la llegada del frío.
Curiosidades: la batalla contra grandes serpientes es un espectáculo de la naturaleza. Cuando la culebrera divisa una presa, la sobrevuela, quedándose estática en vuelo para abalanzarse en el mejor momento. Con su grandes garras la atrapa e intenta darle el golpe de gracia en la cabeza con su poderoso pico, antes de que la serpiente se enrrolle en sus alas o cuello y pueda dañarla. Si es de pequeño tamaño, la ingiere entera en el vuelo y si es más grande, busca un lugar seguro para devorarla. En el caso de las víboras, sobre las que también preda, la batalla es aún más espectacular. El águila no suele abalanzarse directamente sobre ella, sino que aterriza cerca y, una vez posada, abre sus alas para cubrir, intimidar y confundir a la serpiente. Este baile hipnótico hace que la víbora no tenga un objetivo claro para morder. Una vez el águila encuentra el momento, paraliza la cabeza con las garras y asesta el golpe de gracia.
