El águila imperial es otro ejemplo de supervivencia y trabajo bien hecho por parte de las administraciones para mantener la especie. En los años 70, esta ave se encontraba en grave peligro de extinción, pero desde entonces el número de ejemplares sigue en ascenso. Aún así, se considera una especie amenzada y está protegida como tal..
Esta rapaz es autóctona de la península ibérica, habiendo existido también en Marruecos, aunque en la actualidad se considera extinta en el norte de África. De tal modo, Villanueva del Arzobispo y nuestro parque natural es de los pocos espacios protegidos donde poder disfrutar del vuelo de esta impresionante águila.
En ocasiones es confundida con el águila real, aunque tienen características que las diferencian claramente. La imperial es algo más pequeña, teniendo una envergadura de unos dos metros y una altura de unos 80 centímetros. La tonalidad de las plumas también es diferente, siendo la cabeza de la imperial de un marrón más claro que el resto del cuerpo, con plumas blancas en hombros y cuello.
Al igual que la real, su dieta se basa en mamíferos, como los conejos y otras aves, sin descartar carroña en época de escasez de alimentos.
El águila buscará una pareja y la mantendrá el resto de su vida, aprovechando en muchas ocasiones los lugares de puesta de años anteriores. Al ser un ave no migratoria, mantendrá un lugar de nidificación y puesta durante todo el año.
Curiosidades: el águila imperial es un ave especialmente longeva, viviendo unos 30 años en estado salvaje y pudiendo superar los 40 años de edad en cautividad.