El Charco del Aceite, localmente conocido como el Charco de la Pringue, es un emblemático lugar de recreo de Villanueva del Arzobispo. Dicho nombre tiene el origen en una historia que relata cómo un burro, que llevaba unas tinajas de aceite, se precipitó sobre su aguas derramando la grasa e impregnando sus aguas.
Esta piscina natural, rodeada de vegetación, es uno los lugares más impresionantes de toda la zona. Está ubicado a menos de 20 kilómetros de Villanueva del Arzobispo y se ha convertido en un lugar de paso obligado. Ubicado en el antiguo cauce del río Guadalquivir, sus frías aguas refrescan a los bañistas en el calor del verano y son una panorámica de paz en invierno.
Las cristalinas aguas acogen la vida de truchas, barbos y, con muchas suerte, podríamos llegar a ver nutrias. En momentos de tranquilidad turística podemos incluso avistar al macho montés en los visos rocosos que rodean al charco.
La zona cuenta con un chiringuito, comederos y zonas de relax, que harán que tu visita a esta joya natural sea un recuerdo imborrable.