El galápago leproso es la única tortuga autóctona que existe en Villanueva del Arzobispo y en Jaén. Es otra de las especies gravemente amenazada en nuestra tierra debido a la desertificación y a la captura de ejemplares vivos para tenerlas como mascotas.
Esta tortuga vive siempre cerca del agua, siendo extremadamente raro verla lejos de ríos o pantanos. De hecho, su alimentación suele ir ligada a este medio, comiendo insectos, lombrices, peces, anfibios y también vegetales.
El nombre leproso le viene porque suele ser una tortuga en la que, con el paso del tiempo, el caparazón empieza a dañarse, siendo frecuente ver como heridas, costras y también muchas algas adheridas, adoptando de ese modo el nombre de la enfermedad.
Curiosidades: esta pequeña tortuga puede ser muy asustadiza, estando casi siempre en la orilla del agua y adentrándose en ella en al primer indicio de peligro. En caso de no poder escapar, puede expeler un líquido maloliente, al estilo de las mofetas, para repeler ahuyentar al agresor.
