Lagarto ocelado tomando en sol en una rama de olivo
Este lagarto es uno de los reptiles más impresionantes que podemos observar en Villanueva del Arzobispo. Puede llegar noventa centímetros y sus colores verde y azul lo hacen realmente llamativo. A pesar de su gran tamaño, es totalmente inofensivo para el ser humano, dejándose de hecho fotografiar a corta distancia si se anda con sigilo.
Se alimenta de insectos, roedores, huevos de ave, otros reptiles pequeños e incluso es capaz de comer fruta. De hecho, es frecuente verlo encima de las ramas del olivo tomando el sol, ya que, como otros reptiles, necesita de nuestra estrella para regular su temperatura.
Curiosidades: desde siempre, la carne suave y blanca de lagarto se ha considerado un manjar para algunas personas, siendo cazado con cierta frecuencia. Se solían cocinar al “espeto”, no solo aquí, sino en muchos lugares de la España rural. Hoy en día es una especie protegida, por lo que no puede cazarse.
Juvenil de lagarto ocelado fotografiado en Villanueva del Arzobispo