Víbora europea
Estas dos serpientes son las únicas venenosas que tenemos en nuestro parque natural. La hocicuda es algo más común, pero la primera está prácticamente extinta en Villanueva del Arzobispo y en toda España. A pesar del miedo que infunden en la población, las dos especies que habitan en nuestra tierra son pequeñas, de entre 50 y 70 cm y no atacan si no se ven amenazadas.
Las víboras se alimentan de pequeños roedores, anfibios, pájaros, reptiles, grandes insectos e incluso huevos, por lo que su existencia es fundamental para equilibrar la cadena trófica, siendo uno de los principales raticidas que tenemos en el campo.
En estas serpientes es común también el canibalismo, alimentándose de otras víboras de su misma especie y también de otro tipo de culebras pequeñas.
Generalmente permanecen inmóviles en una zona, bajando su temperatura y pulsaciones al mínimo, para no hacer gasto de energía. Cuando detectan el calor que desprende un pequeño roedor se activan y lanzan un rápido y preciso mordisco. Sus afilados colmillos aplican una ración de veneno suficiente para matar en segundos a la presa. Posteriormente la ingieren entera y se esconcen para hacer tranquilamente la digestión.
Curiosidades: en las víboras también existe el melanismo. De hecho, es frecuente encontrar víboras completamente negras, por lo que pueden ser confundidas con otros tipos de serpientes.
Víbora hocicuda